jueves, 10 de noviembre de 2011

La Madera

Puesto que gran parte de mis trabajos se basan en el tratamiento de la madera, simplemente intentaré dar unas nociones para que conozcais un poco éste material que es la base de mi trabajo.
La madera como tal, es un material orgánico, que se ha usado durante siglos y siglos como soporte de obras de arte, tanto pictóricas, como escultóricas y evidentemente como estructura del propio mueble. Ha sido utilizada desde la antigüedad porque es un material perdurable, maleable y flexible y desprende una gran belleza natural.
La características más básicas  de la madera són esencialmente dos; la higroscopicidad y la anisotropía. La higroscopicidad es la característica por la cual la madera absorbe y exhala la humedad ambiente, y la anisotropía es la propiedad de dilatación y contracción que tiene la madera en diferentes direcciones (en longitud, anchura y espesor). A parte de estas características más básicas, también podemos nombrar unas cuantas más, como la elasticidad ( la madera se deforma por contracción o presión y cuando ésta fuerza deja de actuar, vuelve a su forma original). La plasticidad va ligada a la elasticidad, ya que podemos moldear la madera a través de la fuerza de la contracción y presión durante un tiempo determinado para conseguir el resultado deseado.
Para hacer un estudio y classificación de la madera como soporte, sobre cualquier muestra, se suelen hacer 3 tipos de cortes; el corte transversal es la sección o cara perpendicular al eje del tronco, el corte tangencial, es la dirección tangencial a los anillos de crecimiento, es decir, al radio de circumferencia del tronco. Y por último el corte radial es el realizado perpendicularmente al radio del eje del tronco.




A partir de estos cortes o secciones podemos analizar las partes que componen la anatomía de la madera, así podemos analizar las capas y subcapas que configuran la madera: éste análisis lo hacemos a través del corte transversal. En primer lugar, nos encontramos con la corteza, que es la parte más exterior, la que protege todas las demás. Después nos encontramos el Liber, que es la corteza interna que contiene los vasos liberianos, que son los que llevan la savia elaborada de las hojas a cada una de las partes del árbol. Al igual que la corteza externa, se renueva continuamente. En tercer lugar tenemos el Cambium, que es una capa celular. Es decir, produce células nuevas que van tanto hacia el exterior (Liber) como al interior (Albura). A medida que crecen más células va aumentando la circumferencia del tronco y de las ramas. Forma lo que conocemos como los anillos de crecimiento o círculos anuales, y estos a su vez irán configurando las vetas de la madera.
Seguidamente a esta capa, tenemos la Albura, que es la madera joven que con el tiempo configurará el Duramen. Es una zona  porosa, de células vasculantes que llevan el agua y las sales minerales de la tierra, de las raíces hacia las hojas, donde se realiza la fotosíntesis. Tiene un color más claro que la capa del Duramen.
El Duramen, está formado por las células muertas que antes formaban la Albura. Es la capa que sostiene la estructura del árbol. De esta parte es de donde se saca la madera que usamos para construir y elaborar objetos, ya que es la parte más dura y consistente.
Por último, nos encontramos con la Médula, que es el corazón del árbol. Forma parte del duramen, pero no por eso tiene su misma consistencia, depende del tipo de árbol que  sea, por lo tanto puede ser blanda, esponjosa, dura, etc.



Para tener un buen conocimiento sobre la madera, es muy importante su clasificación y diferenciación; hay dos tipos principales de árboles con unas características muy marcadas. Estamos hablando de la familia de las  Coníferas y las Frondosas. Las coníferas fueros las primeras en apareces, sus hojas son perennes y sus frutos en forma de semillas externas. Las frondosas son de hojas caducas y producen flores o frutos con las semillas protegidas en su interior. Las diferencias internas de sus capas nos harán ver sus propias características;  color, forma de la veta, dureza, textura, anillos, grano, calidad, porosidad, etc.
Dentro de la familia de las coníferas, por poner algunos ejemplos, tenemos árboles como; el abeto, el cedro, el ciprés o el pino, entre muchos otros, aunque estos son los más conocidos. En la familia de las frondosas tenemos; el abedul, el boj, la caoba, el castaño, el cedro, chopo, ébano, fresno, nogal, olivo, olmo, palisandro, roble, teca o tilo, entre los más reconocidos. No entraré en detalle de las características de cada una de estas maderas, ya que esto supone tener una gran experiencia y conocimiento de sus principales características, y evidentemente, solo se adquiere cuando has trabajado con muchos tipos de maderas y has podido tocar y mirar bien para poder identificar de que madera se trata., cosa que no es tarea fácil y es mucho mejor poder manipular los diferentes tipos de madera que intentar explicarlo por escrito.