martes, 27 de noviembre de 2012

EL REFLEJO DE LOS ESPEJOS




Hay dos motivos por los que he decidido escribir sobre los espejos, el primero, es porque recientemente he adquirido una pieza espectacular, por lo menos a mi me lo parece, se trata de un espejo sol, muy típico de los años 50-60. Siempre que tengo ante mi una nueva pieza, intento documentarme, al máximo, porque así me empapo de su historia, comprendo mejor como fue fabricada y de paso, enriquezco un poco más mi mente descubriendo cómo se hizo, porque, desde cuando…. A veces, resulta que una pieza, por el motivo que sea, nos transporta a un universo paralelo, y nos hace descubrir antiguas culturas, nos transporta a un tiempo lejano, y a veces, yo personalmente, nos perdemos en los entresijos de su historia. Así mi trabajo no se convierte en algo puramente mecánico; arreglar, restaurar, barnizar, pintar…. Para mi, es devolverle su aspecto original, recuperar sus pedacitos de historia y hacer que vuelva a ser útil, o simplemente que vuelva a brillar por una simple y pura cuestión estética.

El segundo motivo que me ha llevado a hablar sobre los espejos, es un poema que leí recientemente, y pensé, que decía mucho sobre la esencia de un espejo, por simple que parezca.


Yo que sentí el horror de los espejos
no sólo ante el cristal impenetrable
donde acaba y empieza, inhabitable,
un imposible espacio de reflejos
sino ante el agua especular que imita
el otro azul en su profundo cielo
que a veces raya el ilusorio vuelo
del ave inversa o que un temblor agita

Os reproduzco aquí, solamente los primeros versos, que realmente son los que me interesan para poder hacer mis paralelismos con lo que quiero contar.

Me gustan las palabras Cristal impenetrable y su metáfora con el agua. De esta manera empecé a indagar en su historia, y pensé, porque no saber un poco más de este invento que hoy nos parece algo tan simple y sencillo, y en realidad, sin él, habría muchas cosas que no existirían, y muchas ciencias que no se hubieran desarrollado nunca.

Es verdad que su historia se remonta a épocas muy tempranas, pero el hecho de que en la poesía lo compare con el agua, me hizo pensar que antes de que existiera como objeto en si, el único reflejo que teníamos de nosotros mismos era el de mirarnos en el agua.

Su historia se remonta en la antigüedad, fueron precisamente las culturas etruscas, egipcias, griegas y romanas. Son las primeras referencias encontradas del uso de estos objetos como tales. Se fabricaban con metal bruñido, ya fuera plata, bronce o cobre. Esta técnica de fabricación es la conocida como el plateo, que consiste en revestir de este tipo de metal cualquier objeto. En este caso, los primeros espejos que se conocen, se revestían pequeñas placas, tanto planas como cóncavas, y muchas veces tenían decoraciones en relieve, y disponían de un pequeño mango para un mejor uso.

De estos primeros espejos, que formaban parte del ajuar cotidiano de estas culturas, llegamos a la edad media, donde su uso no fue muy frecuente, puesto que fue una época muy austera, y se consideraba un objeto banal.

En el siglo XIII cabe destacar que aparecen los primeros espejos de vidrio y cristal de roca, sobre planchas metálicas.

No fue hasta el siglo XVI que los espejos empezaron a formar parte del mobiliario de los salones o de las habitaciones. Debemos destacar las exquisitas piezas que nos aportaron sobretodo los talleres italianos, desde Murano. La técnica de los espejos venecianos, ha sido muy valorada, y nos han dejado piezas ciertamente exquisitas, convirtiéndolas en auténticas piezas decorativas por si solas.











Los espejos siempre han tenido un lado misterioso, y dentro de la historia, ya más contemporánea, han sido objetos muy recurrentes en la mitología y la literatura. Precisamente por este misticismo al que parecen transportarnos, podemos encontrar referencias mitológicas en las cuales se consideraba que el reflejo de la persona, en realidad era el reflejo de su alma, por lo tanto pasó a ser un objeto de adoración. Hay muchas supersticiones acerca de los espejos, se han utilizado en muchos rituales tanto religiosos como paganos, se ha utilizado también como el reflejo del portal a un más allá, en el mundo del esoterismo y de los misterios paranormales. En fin, que el hablar de un objeto que hoy en día nos parece tan normal y tan cotidiano, si indagamos un poco en su historia, nos damos cuanta de que da mucho más de si de lo que nos habíamos podido imaginar.

Después de esta pequeña historia muy resumida de los espejos, que evidentemente sigue evolucionando, me gustaría hacer un pequeño paréntesis, para hablar del objeto que me ha llevado a desarrollar esta historia; mi espejo sol.

Me ha resultado muy curioso descubrir el origen de este tipo de espejos, que aunque tiene su lógica por su estética, no me lo había planteado la verdad. Surgieron en el siglo XVIII, en Italia, en el intento de imitar los rayos de las aureolas de la Virgen o del Espíritu Santo, por lo tanto su origen podríamos decir que es religioso. Aunque más adelante, como todo, su evolución a cambiado este primer origen cristiano, por un elemento simplemente decorativo, y esos rayos dorados, se han cambiado en muchas ocasiones por hojas doradas u otros elementos geométricos, y sus formas ya no son solo redondas, también son ovaladas. Sus materiales también han variado, los primeros espejos sol eran de madera tallada, después se utilizaron materiales como el Hierro o el latón.

En España se pusieron muy de moda en los años 50-70, y realmente hoy en día se consideran un objeto vintage, un objeto decorativo muy recurrente, que realmente nos puede dar un elegante toque en cualquier estancia, siempre y cuando sepamos como combinarlo.


Aquí os dejo mis pequeños tesoros, mis espejos sol.

jueves, 8 de noviembre de 2012

IMÁGENES.....

Aquí os dejo una pequeña muestra de mi trabajo, porque una imágen vale más que mil palabras.....